¿Qué es la terapia LED facial y por qué cada color tiene una función específica?

La terapia con luz LED facial, también conocida como fototerapia, se ha consolidado como una de las técnicas más eficaces, seguras y no invasivas dentro del cuidado de la piel. Su principio es simple pero poderoso: diferentes longitudes de onda de luz (cada una representada por un color) penetran en distintas profundidades de la piel, generando respuestas biológicas específicas.

Esta tecnología nació en el ámbito clínico, en contextos como la cicatrización de heridas o la regeneración celular post-operatoria, pero hoy está al alcance de cualquiera gracias a dispositivos domésticos como las máscaras LED de 7 colores.

Cada color estimula funciones celulares distintas. Por eso, elegir correctamente el color es fundamental para lograr los resultados deseados: desde eliminar el acné, mejorar la firmeza de la piel, hasta reducir manchas o calmar rojeces. Esta guía desglosa uno por uno los colores más comunes y su función terapéutica.


Color por color: ¿Para qué sirve cada luz de la máscara LED?

🔴 Luz Roja (630–660 nm): Antiedad y estimulación del colágeno

La luz roja es la más utilizada en tratamientos antiedad. Actúa a nivel dérmico, penetrando profundamente para estimular la producción de colágeno y elastina. Ideal para:

  • Reducir arrugas y líneas de expresión.
  • Mejorar la firmeza y elasticidad de la piel.
  • Activar la microcirculación.
  • Rejuvenecer el rostro desde el interior.

🔵 Luz Azul (415 nm): Tratamiento del acné y piel grasa

La luz azul combate las bacterias responsables del acné (Propionibacterium acnes). Tiene un efecto antibacteriano y antiinflamatorio que ayuda a:

  • Disminuir brotes y prevenir su aparición.
  • Regular la producción de sebo.
  • Calmar pieles irritadas o inflamadas.
  • Reducir poros dilatados.

🟢 Luz Verde (525 nm): Manchas y tono desigual

El verde está enfocado en el control de la melanina y la regulación del tono cutáneo. Perfecta para:

  • Reducir manchas solares o posinflamatorias.
  • Aclarar el tono de la piel.
  • Suavizar zonas oscuras o pigmentadas.
  • Unificar la tez.

🟡 Luz Amarilla (590 nm): Calmante y drenante

La luz amarilla es muy efectiva para estimular el drenaje linfático, mejorar la circulación y calmar la piel. Se recomienda para:

  • Reducir rojeces o sensibilidad.
  • Aliviar la rosácea leve.
  • Descongestionar zonas inflamadas.
  • Mejorar la oxigenación celular.

🟣 Luz Púrpura: Rejuvenecimiento y tratamiento mixto

Combinando luz roja y azul, la luz púrpura actúa como un tratamiento híbrido:

  • Rejuvenece y combate arrugas.
  • Controla el acné sin resecar.
  • Equilibra pieles mixtas o con necesidades múltiples.

🟦 Luz Cian o Celeste: Reparación celular y antiinflamación

Con un efecto relajante y regenerador, esta luz es ideal para:

  • Calmar la piel tras exfoliaciones o tratamientos intensos.
  • Favorecer la regeneración celular.
  • Atenuar rojeces.

⚪ Luz Blanca: Renovación integral

Compuesta por una mezcla de todas las luces, su función es revitalizar y armonizar la piel en general. Es perfecta para:

  • Dar luminosidad al rostro.
  • Equilibrar pieles sin una necesidad específica.
  • Complementar sesiones con otros colores.

Cómo elegir el color adecuado según tu tipo de piel y objetivo

Aquí te dejamos una guía rápida para escoger el color más adecuado:

Objetivo de tratamientoColor idealFrecuencia recomendada
Arrugas, flacidezRojo3–5 veces por semana
Acné, granitosAzulDiario (15–20 min)
Manchas, tono apagadoVerde3 veces por semana
Rosácea, sensibilidadAmarillo2–3 veces por semana
Piel mixtaPúrpuraAlternado
Piel post-exfoliaciónCian2 veces por semana
Rutina equilibranteBlanca2 veces por semana

¿Se pueden combinar colores en una misma rutina facial?

¡Sí! De hecho, es una de las grandes ventajas de las máscaras LED multicolores. Puedes alternar colores según el día de la semana o combinar dos colores en la misma sesión (si tu dispositivo lo permite).

Ejemplo de rutina semanal:

  • Lunes: Luz azul (acné)
  • Miércoles: Luz roja (rejuvenecimiento)
  • Viernes: Luz verde (manchas)
  • Domingo: Luz blanca (mantenimiento general)

Si usas sesiones dobles, lo ideal es hacer 10 minutos de cada color. Siempre con la piel limpia, seca y sin productos fotosensibles previos.


Errores comunes al usar los colores LED y cómo evitarlos

❌ Usar un color incorrecto para tu objetivo

Evita usar luz azul si tu piel no tiene problemas de acné o es seca, ya que puede irritar o resecar más.

❌ No ser constante

Una sesión al mes no genera resultados. La clave está en la frecuencia y regularidad.

❌ Excederse en el tiempo

Más no es mejor. Respeta los tiempos indicados por el fabricante (normalmente entre 10 y 20 minutos por sesión).

❌ Usar productos inadecuados antes del LED

No apliques retinol, ácidos o cremas fuertes antes de la sesión. Estos productos pueden sensibilizar la piel frente a la luz.


Preguntas frecuentes sobre el uso de colores en máscaras LED

¿Qué color de luz LED es mejor para el acné?

La luz azul es la más efectiva para combatir el acné, gracias a su capacidad de destruir bacterias sin dañar la piel.

¿Puedo usar dos colores LED en la misma sesión?

Sí, siempre que tu dispositivo lo permita. Puedes alternar 10 minutos de rojo y 10 de azul, por ejemplo, para tratar firmeza y granitos.

¿Cuál es el mejor color para la rosácea?

El amarillo y el cian ayudan a calmar la inflamación y reducir las rojeces sin agredir la piel sensible.

¿El LED elimina las manchas?

La luz verde ayuda a reducir manchas oscuras y a unificar el tono de la piel con uso constante y combinado con productos despigmentantes.

¿Qué color se recomienda para prevenir arrugas?

La luz roja estimula el colágeno y mejora la elasticidad, por lo que es ideal como tratamiento antiedad preventivo.

¿Hay algún color que sirva para todo?

La luz blanca combina todos los beneficios en una sola sesión y es perfecta como tratamiento de mantenimiento general.


Conclusión: guía rápida para aprovechar cada color de tu máscara LED

Las máscaras LED multicolores son una herramienta poderosa y versátil. Cada color tiene un propósito y conocer su función te permite personalizar al máximo tu rutina de cuidado facial.

  • Usa rojo para rejuvenecer.
  • Usa azul para el acné.
  • Usa verde para manchas.
  • Usa amarillo o cian para calmar la piel.
  • Usa púrpura o blanco para tratamientos equilibrantes.

La clave está en ser constante, conocer tu piel y combinar el color adecuado con una rutina de cuidado compatible.

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